Cuando los soldados de los campamentos cercanos a la aldea gala comienzan a entrenar para ir a los Juegos Olímpicos, nuestros amigos Astérix y Obélix deciden que es hora de aprovechar los privilegios de ser ¿romanos¿ y participar en ellos. Todos los varones de la aldea se dirigen hasta la lejana Grecia, como participantes, entrenadores y la mejor porra del mundo para dejar el nombre de la Galia muy en alto.