Ya te tengo.
Ahora vamos a jugar.
Jugaremos a celebrar un juicio.
Una voz a mi espalda dice: «Uno de tus mayores problemas es que no puedes confiar ni en ti misma. ¿A que sí? Y no me extraña, claro, con tu historia».
Hace años que condenaron a Nadja por algo terrible. Tras su puesta en libertad, lo que más desea es poder llevar una vida normal, pero inesperadamente se produce un asesinato. Y alguien tiene que ocuparse de ello. Una casa apartada en el bosque acaba siendo el escenario de un juego macabro... porque el pasado de Nadja la convierte en la víctima perfecta. Y también en la perfecta asesina.