Escrita probablemente hacia 1635, La vida es sueño corresponde a un momento de inflexión en la comedia del Siglo de Oro, que comienza a aspirar al favor de los cortesanos y adopta argumentos filosóficos y de mayor aliento que los propios de las comedias de capa y espada. En ella, Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) construye una pieza doctrinal y didáctica de impresionante vigor teatral y alta calidad literaria. Como señala Domingo Ynduráin, el drama de Segismundo pone de relieve el conflicto conocido por la dimensión temporal del hombre en el orden perfecto de la Creación porque establece una contradicción o conflicto entre el libre albedrío y la omnisciencia divina, todo ello a través de un ensamblaje de elementos modélico que alumbra, en definitiva, una de las cumbres universales del teatro del siglo XVII.